WASHINGTON, Estados Unidos.- Conjurar la crisis de vivienda y sostener el poder adquisitivo mediante medidas fiscales y nuevas normas: la vicepresidenta de Estados Unidos y candidata presidencial demócrata, Kamala Harris, presentó su programa económico. Su rival republicano, Donald Trump, lo tildó de plan “comunista”.

La demócrata de 59 años fue ayer a Carolina del Norte para presentar sus ideas, pero su equipo de campaña ya introdujo algunas a debate. Una de ellas es la construcción de tres millones de nuevas viviendas para enfrentar la escasez de techos.

Se complementa con una ayuda para los compradores primerizos, de hasta 25.000 dólares, e incluso leyes para desalentar la especulación inmobiliaria.

Harris promete ayudar a las familias con créditos fiscales para aquellas que tienen recién nacidos, con montos que pueden alcanzar los 6.000 dólares.

La actual vicepresidenta plantea además controlar a las empresas que “inflan” los precios más allá de lo necesario, en particular en el rubro alimentario.

En temas de salud, un tema de gran preocupación en Estados Unidos, Harris quiere extender a toda la población un dispositivo que pone un tope de 35 dólares mensuales al costo de la insulina para los ancianos y buscar solución al problema de las deudas contraídas para pagar tratamientos médicos.

Harris sabe que el costo de vida, alto tras años de inflación, afecta políticamente al gobierno que integra con Joe Biden, a pesar del crecimiento robusto y un mercado laboral sólido.

“Comunismo”

“¡La camarada Harris a fondo en el comunismo!”, reaccionó Trump, que critica la idea de controlar precios. El término tiene una connotación peyorativa fuerte en Estados Unidos.

“Hubo en la Historia múltiples tentativas de limitar precios y fracasaron, llevaron a filas delante de las tiendas, escasez y explosión de desigualdad”, criticó el millonario republicano.

El equipo de campaña de Harris, a su vez, acusa al republicano de estar preparando regalos impositivos a “sus amigos ultra ricos”. Además, critica la política de subida de aranceles que promueve Trump porque, sostienen, impulsaría la inflación.

Según un sondeo publicado por la universidad de Michigan, 41% de los consumidores considera que la vicepresidenta es mejor candidata para la economía, y 38% creen que Trump es el indicado en este terreno.

El plan de eliminar impuestos sobre las propinas en el sector de hotelería y gastronomía, desató la furia de Trump, que la acusó de “plagiar” sus ideas.

La vicepresidenta prometió además que aumentará el salario mínimo en caso de ganar el 5 de noviembre.

La propuesta de dar crédito fiscal a las personas con empleos de bajos ingresos sin hijos, lo que, según estima la campaña, reduciría su tasa impositiva efectiva en 1.500 dólares.

Además, propone exenciones impositivas para población de ingresos medios y bajos y más crédito fiscal por hijo a 3.600 dólares, y 6.000 dólares para niños en su primer año de vida.

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El acceso a la salud también se aborda: reducir las primas de seguro médico a través de la Ley de Atención Médica Asequible, conocida como Obamacare.

La propuesta de Harris sobre los precios de los alimentos instruiría a la Comisión Federal de Comercio a penalizar a las grandes corporaciones que especulan con los precios y señala la falta de competencia en la industria de envasado de carne como causante de los aumentos.

Finalmente, propone la “construcción de 3 millones de nuevas unidades de vivienda para poner fin a la escasez de oferta de viviendas en los próximos cuatro años” para atacar la “grave escasez de viviendas que está haciendo subir los precios”.